Liderazgo

14 May 2020

Cómo la crisis de hoy puede convertirse en las oportunidades del mañana

29 Apr 2020

Gestión emocional durante la crisis

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Conectar virtualmente para lograr nuestros objetivos

24 Apr 2020

Insights a las oportunidades del mercado durante la pandemia

23 Apr 2020

Cómo trasladar competencias y experiencias para responder una entrevista Laboral

21 Apr 2020

Radiografía a la transición de carrera en medio de la crisis

15 Apr 2020

Lecciones desde el frente de liderazgo durante una crisis

13 Apr 2020

Tenemos que hablar: el arte y la ciencia de una conversación desafiante

06 Apr 2020

El gran experimento de trabajar desde casa: cómo COVID-19 está acelerando el futuro del trabajo

02 Apr 2020

COVID-19 está entregando luces al liderazgo: la manera en que necesitamos evolucionar

30 Mar 2020

¿Su organización aprobará el reto de liderazgo?

30 Mar 2020

¿Dónde se encuentran las oportunidades durante una crisis?

Cómo la crisis de hoy puede convertirse en las oportunidades del mañana

14 May 2020

Ricardo Vargas, Director ejecutivo,  Iniciativa Brightline™

“Necesitamos reinventar nuestros negocios y a nosotros mismos. Tenemos que hacerlo a la velocidad del rayo”. 

Con todos los datos, la tecnología y conectividad que definen el mundo en el que vivimos actualmente, ¿cómo es que casi nadie vio venir la crisis COVID-19?

Hubo muchas advertencias. La noticia de un nuevo virus potencialmente peligroso en China se conoció a finales del año pasado. A medida que nos dirigimos al Año Nuevo, los epidemiólogos y los funcionarios de salud pública de todo el mundo agitaron las banderas rojas y aconsejaron tanto a los gobiernos como a las empresas que se prepararan.

He trabajado extensamente a lo largo de mi carrera estudiando la gestión de crisis y ayudando a planificar respuestas para emergencias de salud pública, incluyendo un brote de Ébola en Sierra Leona. Lo que he aprendido a través de esas experiencias es que los seres humanos tienden a descartar las advertencias de problemas futuros e ignorar lo llamados a prepararse.

En resumen, tenemos problemas para aceptar que una crisis es real hasta que ya está sobre nosotros.

Hemos perdido claramente nuestra oportunidad de prepararnos para el COVID-19. Sin embargo, eso no significa que no podamos aprender lecciones importantes de esta crisis y aplicarlas a los desafíos futuros. Estoy muy seguro de que este episodio se utilizará como una oportunidad para mejorar nuestras vidas y, en particular, la forma en que trabajamos.

Durante años, asesores de negocios y consultores han hecho hincapié en la necesidad de ser creativos, ágiles, y adaptables, para salir adelante en la curva tecnológica. Algunos le han hecho caso a ese consejo, pero muchos más han adoptado esencialmente el mismo enfoque utilizado en el preludio de la pandemia: reconocer la necesidad de adaptarse, pero mantener la postura de negocio habitual. 

Si hay algo positivo que puede provenir de la crisis de COVID-19, es un reconocimiento global de que ya no podemos ser complacientes. La propia supervivencia está en juego. En otras palabras, necesitamos reinventar nuestros negocios y a nosotros mismos, y tenemos que hacerlo a la velocidad del rayo.

La crisis sanitaria convencerá a muchas organizaciones de ver y gestionar el riesgo de manera diferente, para pronosticar y planificar con otra mirada y para actuar con determinación en las cosas que sabemos que tenemos que hacer antes de que se nos obligue.

Aunque comenzó principalmente como una emergencia de salud pública, el COVID-19 se ha transformado en una amenaza que ha impactado toda nuestra vida en múltiples niveles. Ha paralizado ciertas industrias, al mismo tiempo que ha creado nuevas oportunidades cambiado la naturaleza del trabajo, sobre todo, el cuándo, dónde y cómo lo realizamos. Antes de que esta situación termine, puede replantearnos la comprensión del sustento y la calidad de vida.

¿Qué tipo de cosas podemos buscar? Compartiré lo que creo que significará el futuro.

COVID-19 está acelerando la transformación del negocio 

Antes de la pandemia, todo tipo de organizaciones estaban llevando a cabo transformaciones empresariales o de la fuerza de trabajo para hacer frente a los desafíos y oportunidades futuras. Desafortunadamente, muchas de estas empresas se estaban tomando demasiado tiempo para promulgar directrices de cambio. Incluso cuando lo hacían, eran reacios a entrar, dejando estos procesos en el limbo. Muchas organizaciones habían reconocido la necesidad de “transformarse”, pero sentían que no había llegado el momento para ellas.

Después de la pandemia, veremos que muchas más empresas aceptarán una transformación rápida y urgente. Están aprendiendo a hacer esto puramente como una cuestión de supervivencia. Ya hemos visto esto en algunas industrias como hotelería, restaurantes y salud. 

El distanciamiento social significó que muchos restaurantes pasaron de estar completamente reservados a estar completamente vacíos. Dada la crisis, muchos comenzaron a reorientar sus operaciones para centrarse únicamente en el servicio de reparto a domicilio o delivery y en esta conversión han sido ayudados por las empresas que proporcionan entrega de última milla. 

Con el fin de proteger a los pacientes que buscan asesoramiento o tratamiento médico, los sistemas de salud están empujando a las personas a considerar las opciones de telemedicina para limitar el contacto persona a persona. El tráfico de pacientes a los servicios de telesalud  está aumentando. Telemed, por ejemplo, experimentó un 158% de crecimiento desde que el virus golpeó. 

Se considera que el cambio a la telemedicina impactará dramáticamente a la industria de la salud, creando nuevas oportunidades. 

En esta dinámica, organizaciones de otros sectores de la economía también se están viendo obligadas a adoptar cambios similares y, sin duda, esto modificará el mundo del trabajo para siempre.

El gran experimento del trabajo desde el hogar está transformando las culturas de las empresas

Antes de la pandemia, muchas organizaciones no estaban convencidas sobre la idea de que sus empleados trabajaran desde casa. Algunos consideraban esta modalidad un tabú, aferrándose a preocupaciones obsoletas sobre la disminución de la productividad. También había preocupaciones acerca de la falta de masa crítica creativa si el talento clave no se concentraba en el mismo entorno de oficina. Y a pesar de tener un caso de negocio claro y convincente para pasar a un entorno virtual, los empleadores se resistieron a esta tendencia temiendo que erosionaría la cultura de las empresas.  

En la actualidad, millones de trabajadores de todo el mundo desarrollan sus tareas desde casa por primera vez. Se les exige adaptarse a un nuevo entorno, trabajar con nuevas herramientas y aprender nuevas formas de hacer las cosas de la noche a la mañana. Muchos empleados quieren, y pueden trabajar desde casa al menos una parte del tiempo. Una investigación de Gallup muestra que el 43% de los empleados en los Estados Unidos ya desempeña sus funciones de forma remota. Este número aumentará a medida que el COVID-19 acelere el paso a la virtualidad. 

En todos los casos, las organizaciones necesitan entender que el cambio a remoto no es suave y requiere nuevos comportamientos y habilidades para garantizar que la creatividad, el compromiso y la productividad no se vean afectados.

Usted puede esperar que muchos de los trabajadores que fueron enviados a casa para controlar la propagación del virus estarán presionando para mantener el experimento después de la pandemia. Eso podría significar cambios sísmicos en los contratos de trabajo, los esquemas de remuneraciones; la planificación urbana, ya que menos personas viajarán diariamente; y los bienes raíces comerciales, producto de que las empresas buscarán invertir menos en espacios de oficina y más en productos o proyectos.

La iteración fundamental del comercio electrónico

Antes de la pandemia, el comercio electrónico había estado creciendo en valor y alcance para llegar a representar el 16% del total de las compras minoristas en 2019. Sin embargo, con la implementación del distanciamiento social, el comportamiento del consumidor está cambiando rápidamente. No solo estamos viendo un enorme empuje para comprar alimentos en línea, sino que otras categorías también están viendo aumentos significativos. De hecho, una encuesta reciente de Red Points encontró que casi la mitad de los consumidores son más propensos a realizar compras al por menor en línea debido al temor por el coronavirus.

Con el comercio electrónico en aumento, las empresas están buscando nuevas formas de impulsar las ventas en línea. Mientras, aquellas compañías que no han hecho este cambio tendrán que girar rápidamente si quieren sobrevivir. Esto está dando lugar a nuevas inversiones en publicidad en línea, tecnología, automatización y cumplimiento. El futuro de las empresas construidas sobre ladrillos y escaparates de mortero serán puestas a prueba severamente después que el mundo vea lo mucho que puede lograr con un clic y una tarjeta de crédito.

Una reinvención de la fuerza de trabajo como un recurso ágil y no como un costo

Antes de la pandemia, el mundo estaba sufriendo por una escasez de talento calificado sin precedentes. Las tasas de desempleo en casi todas las regiones estaban en niveles históricamente bajos. El futuro del crecimiento económico fue una duda en gran medida porque los empleadores —quienes siempre habían confiado en el mercado laboral abierto para satisfacer sus necesidades de talento— no encontraban a las personas adecuadas con las habilidades necesarias.

Después de la pandemia, habrá un nuevo énfasis en la preparación de la fuerza de trabajo actual para las futuras demandas de habilidades. Habrá más trabajo en curso para identificar a los empleados que sean más ágiles y abiertos al aprendizaje. 

Las organizaciones invertirán mucho más en la creación de una fuerza de trabajo ágil, desarrollando a su gente, adoptando opciones de aprendizaje virtual, que puedan cambiar rápidamente y moverse sin problemas en varios roles dentro de la organización. 

A pesar de que sufrimos por el bloqueo económico asociado a la pandemia, ahora es uno de los mejores momentos para desarrollar trabajadores, desarrollar nuevas habilidades y prepararlos para el mundo post-pandemia.

El peaje humano y económico del Covid – 19 es uno de los ejemplos más profundos que pone a prueba nuestra capacidad de planificar, prepararnos y cambiar para hacer frente a un nuevo desafío. Vidas se perderán. Industrias enteras pueden quedar en ruinas. En muchos otros casos, sin embargo, la magnitud del sufrimiento será directamente proporcional a la ausencia de preparación y respuestas eficaces.

Podemos construir un mundo mejor. Lo sé porque, en pocas palabras, no hay otra opción. Cualquier esfuerzo que hagamos para volver a la vida “como era de costumbre” antes de la pandemia, sólo exacerbará el sufrimiento cuando llegue la próxima crisis.

Acerca del autor

Ricardo Vargas es  actualmente el Director Ejecutivo de la Iniciativa de ™ Brightline, del Instituto de Gestión de Proyectos (PMI) en conjunto con organizaciones globales líderes de los sectores empresarial, gubernamental y sin fines de lucro, incluyendo al Boston Consulting Group (BCG), Agile Alliance, Bristol-Myers Squibb, Saudi Telecom Company (STC), Lee Hecht Harrison y NetEase.

Transiciones de Liderazgo: Los seis errores que ninguna organización debería permitir

09 Oct 2025

Las transiciones de liderazgo representan uno de los momentos más críticos en el ciclo de vida de una organización. Cuando se gestionan de manera adecuada, aseguran estabilidad, fortalecen la confianza y generan impulso hacia el futuro. Pero una gestión inadecuada puede dejar profundas cicatrices en el desempeño, la cultura y la reputación organizacional.

Sin embargo, a pesar de lo que está en juego, solo el 21% de las organizaciones tienen un plan de sucesión formal. Eso significa que casi el 80% de las empresas se acercan a las transiciones de liderazgo de manera reactiva, esperando lo mejor en lugar de prepararse para lo inevitable.

La marea creciente de transiciones

El desafío solo está creciendo. Con 10,000 Baby Boomers que se retiran todos los días, el volumen de transiciones de liderazgo se está acelerando. Al mismo tiempo, las organizaciones están navegando por turbulencias en la cima:

  • El 33% de los líderes nuevos en el rol carecen de confianza en su capacidad para tener éxito.
  • El 43% de los ejecutivos experimentó la rotación de más de la mitad de su equipo de liderazgo en el último año.
  • El 56% de los líderes reportan burnout, especialmente entre la Generación X y los Millennials.
  • El 31% de los líderes sénior no confían en que su equipo de liderazgo se desempeñe en los primeros 12 meses

En este contexto, es fundamental evitar errores en las transiciones de liderazgo.

Seis errores comunes (y cómo evitarlos)

#1: Subestimar el impacto en los compañeros

Cuando un líder senior se va, no se puede subestimar el efecto dominó en sus compañeros. Estos ejecutivos han generado confianza, colaboración y, a veces, incluso lealtad personal a lo largo de los años. Una salida desorganizada o polémica, especialmente si el líder se siente expulsado o tratado injustamente, puede generar miedo y resentimiento en todo el equipo de liderazgo.

Solución: Las organizaciones deben reconocer que las transiciones de liderazgo no se tratan solo de la partida individual, sino también de la estabilidad de los que se quedan. La comunicación transparente, la desvinculación digna y el trato justo preservan la confianza de los compañeros y minimizan el riesgo de salidas en cascada.

#2: Pasar por alto los riesgos comerciales

Las salidas de liderazgo son eventos públicos. Las partes interesadas (colaboradores, clientes, inversores e incluso los medios de comunicación) examinan cómo se gestionan. Una transición confusa puede dañar la reputación de la marca, debilitar las fuentes de talento y alterar la moral del equipo.

Solución: Tratar las transiciones de liderazgo como riesgos empresariales. Comunique primero los cambios de liderazgo internamente, si es posible, teniendo en cuenta la sensibilidad del mercado. Desarrolle planes de comunicación claros para tranquilizar a las partes interesadas, proteger la marca del empleador y estabilizar las operaciones. Al gestionar de manera proactiva las narrativas internas y externas, las organizaciones pueden convertir una crisis potencial en una demostración de fortaleza.

#3: No establecer un equipo de transición

Con demasiada frecuencia, las transiciones de liderazgo se dejan en manos de RRHH o de la junta directiva sin una estructura clara. Pero estos eventos son demasiado importantes para manejarlos ad hoc. Sin un equipo dedicado y una agenda, la ambigüedad y la confusión se apoderan de él, alimentando el estrés y ralentizando el impulso.

Solución: Establecer un equipo de transición multifuncional responsable de garantizar una transición ordenada. Esto debe incluir la planificación de la sucesión, la transferencia de conocimientos, las comunicaciones y la incorporación. La contratación de asesores externos puede proporcionar objetividad y ayudar a aliviar las tensiones en ambos lados de la transición.

#4: Ofrecer servicios de recolocación estándar

Los ejecutivos no son como otros colaboradores cuando se trata de transiciones profesionales. Sus opciones son más amplias (junta directiva, capital de riesgo, espíritu empresarial, carreras de portafolio) y hay más en juego. Los programas de recolocación estándar simplemente no abordan esta complejidad.

Solución: Proporcionar a los líderes sénior un apoyo de transición personalizado adaptado a su experiencia, redes y objetivos. Hacerlo no solo honra sus contribuciones, sino que también los posiciona como posibles embajadores de la marca y aliados a largo plazo.

#5: No mantener discusiones de sucesión

La planificación de la sucesión a menudo se siente tabú. Los ejecutivos pueden interpretarlo como una falta de confianza en su desempeño o resistirse a la conversación por completo. Pero evitar el problema deja a las organizaciones expuestas y sin preparación.

Esta reticencia es especialmente problemática dado que el 56% de los líderes, particularmente la Generación X y los Millennials, informan burnout. Sin una planificación proactiva, las salidas repentinas debido al estrés o la falta de compromiso pueden sorprender a la organización.

Solución: Normalizar las discusiones de sucesión como parte del desarrollo del liderazgo, no como una conversación al final de la carrera. Proporcionar a los líderes sénior recursos de asesoría y planificación de carrera que hagan que estas discusiones sean constructivas en lugar de amenazantes.

#6: Perder el valor de la influencia

Los líderes salientes tienen una inmensa influencia, no solo internamente, sino también externamente con clientes, analistas, proveedores y medios de comunicación. Un mal manejo de su salida corre el riesgo de perder esta buena voluntad.

De hecho, muchos líderes no se «retiran» realmente. Nuestra investigación muestra que el 56% de los ejecutivos de la generación baby boomers planean iniciar un negocio o asumir un nuevo rol fuera de su empresa dentro de tres años. Sin una transición positiva, las organizaciones corren el riesgo de convertir a los ex ejecutivos en competidores en lugar de defensores.

Solución: Replantear las salidas como oportunidades para extender las relaciones. Involucrar a los líderes salientes como asesores, mentores o embajadores, asegurando que su influencia externa continúe fortaleciendo la marca.

Convertir el riesgo en impulso

Las transiciones de liderazgo no tienen por qué ser momentos de disrupción. De hecho, cuando se manejan estratégicamente, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento. Las organizaciones que las gestionan bien:

  • Capturan el conocimiento institucional antes de que salga por la puerta.
  • Fortalecen la continuidad y la cultura durante el cambio.
  • Preparan a los nuevos líderes con contexto, asesoría y confianza.
  • Posicionan a los líderes salientes como embajadores y mentores

Como dijo John Morgan, President of Career Transition, Career Mobility and Leadership Development & Coaching de LHH: «No se trata simplemente de reemplazar a alguien, sino de transferir el criterio, mantener el contexto estratégico y garantizar una continuidad de liderazgo sólida y confiable«.

Transiciones de Liderazgo: Los seis errores que ninguna organización debería permitir

09 Oct 2025

Las transiciones de liderazgo representan uno de los momentos más críticos en el ciclo de vida de una organización. Cuando se gestionan de manera adecuada, aseguran estabilidad, fortalecen la confianza y generan impulso hacia el futuro. Pero una gestión inadecuada puede dejar profundas cicatrices en el desempeño, la cultura y la reputación organizacional.

Sin embargo, a pesar de lo que está en juego, solo el 21% de las organizaciones tienen un plan de sucesión formal. Eso significa que casi el 80% de las empresas se acercan a las transiciones de liderazgo de manera reactiva, esperando lo mejor en lugar de prepararse para lo inevitable.

La marea creciente de transiciones

El desafío solo está creciendo. Con 10,000 Baby Boomers que se retiran todos los días, el volumen de transiciones de liderazgo se está acelerando. Al mismo tiempo, las organizaciones están navegando por turbulencias en la cima:

  • El 33% de los líderes nuevos en el rol carecen de confianza en su capacidad para tener éxito.
  • El 43% de los ejecutivos experimentó la rotación de más de la mitad de su equipo de liderazgo en el último año.
  • El 56% de los líderes reportan burnout, especialmente entre la Generación X y los Millennials.
  • El 31% de los líderes sénior no confían en que su equipo de liderazgo se desempeñe en los primeros 12 meses

En este contexto, es fundamental evitar errores en las transiciones de liderazgo.

Seis errores comunes (y cómo evitarlos)

#1: Subestimar el impacto en los compañeros

Cuando un líder senior se va, no se puede subestimar el efecto dominó en sus compañeros. Estos ejecutivos han generado confianza, colaboración y, a veces, incluso lealtad personal a lo largo de los años. Una salida desorganizada o polémica, especialmente si el líder se siente expulsado o tratado injustamente, puede generar miedo y resentimiento en todo el equipo de liderazgo.

Solución: Las organizaciones deben reconocer que las transiciones de liderazgo no se tratan solo de la partida individual, sino también de la estabilidad de los que se quedan. La comunicación transparente, la desvinculación digna y el trato justo preservan la confianza de los compañeros y minimizan el riesgo de salidas en cascada.

#2: Pasar por alto los riesgos comerciales

Las salidas de liderazgo son eventos públicos. Las partes interesadas (colaboradores, clientes, inversores e incluso los medios de comunicación) examinan cómo se gestionan. Una transición confusa puede dañar la reputación de la marca, debilitar las fuentes de talento y alterar la moral del equipo.

Solución: Tratar las transiciones de liderazgo como riesgos empresariales. Comunique primero los cambios de liderazgo internamente, si es posible, teniendo en cuenta la sensibilidad del mercado. Desarrolle planes de comunicación claros para tranquilizar a las partes interesadas, proteger la marca del empleador y estabilizar las operaciones. Al gestionar de manera proactiva las narrativas internas y externas, las organizaciones pueden convertir una crisis potencial en una demostración de fortaleza.

#3: No establecer un equipo de transición

Con demasiada frecuencia, las transiciones de liderazgo se dejan en manos de RRHH o de la junta directiva sin una estructura clara. Pero estos eventos son demasiado importantes para manejarlos ad hoc. Sin un equipo dedicado y una agenda, la ambigüedad y la confusión se apoderan de él, alimentando el estrés y ralentizando el impulso.

Solución: Establecer un equipo de transición multifuncional responsable de garantizar una transición ordenada. Esto debe incluir la planificación de la sucesión, la transferencia de conocimientos, las comunicaciones y la incorporación. La contratación de asesores externos puede proporcionar objetividad y ayudar a aliviar las tensiones en ambos lados de la transición.

#4: Ofrecer servicios de recolocación estándar

Los ejecutivos no son como otros colaboradores cuando se trata de transiciones profesionales. Sus opciones son más amplias (junta directiva, capital de riesgo, espíritu empresarial, carreras de portafolio) y hay más en juego. Los programas de recolocación estándar simplemente no abordan esta complejidad.

Solución: Proporcionar a los líderes sénior un apoyo de transición personalizado adaptado a su experiencia, redes y objetivos. Hacerlo no solo honra sus contribuciones, sino que también los posiciona como posibles embajadores de la marca y aliados a largo plazo.

#5: No mantener discusiones de sucesión

La planificación de la sucesión a menudo se siente tabú. Los ejecutivos pueden interpretarlo como una falta de confianza en su desempeño o resistirse a la conversación por completo. Pero evitar el problema deja a las organizaciones expuestas y sin preparación.

Esta reticencia es especialmente problemática dado que el 56% de los líderes, particularmente la Generación X y los Millennials, informan burnout. Sin una planificación proactiva, las salidas repentinas debido al estrés o la falta de compromiso pueden sorprender a la organización.

Solución: Normalizar las discusiones de sucesión como parte del desarrollo del liderazgo, no como una conversación al final de la carrera. Proporcionar a los líderes sénior recursos de asesoría y planificación de carrera que hagan que estas discusiones sean constructivas en lugar de amenazantes.

#6: Perder el valor de la influencia

Los líderes salientes tienen una inmensa influencia, no solo internamente, sino también externamente con clientes, analistas, proveedores y medios de comunicación. Un mal manejo de su salida corre el riesgo de perder esta buena voluntad.

De hecho, muchos líderes no se «retiran» realmente. Nuestra investigación muestra que el 56% de los ejecutivos de la generación baby boomers planean iniciar un negocio o asumir un nuevo rol fuera de su empresa dentro de tres años. Sin una transición positiva, las organizaciones corren el riesgo de convertir a los ex ejecutivos en competidores en lugar de defensores.

Solución: Replantear las salidas como oportunidades para extender las relaciones. Involucrar a los líderes salientes como asesores, mentores o embajadores, asegurando que su influencia externa continúe fortaleciendo la marca.

Convertir el riesgo en impulso

Las transiciones de liderazgo no tienen por qué ser momentos de disrupción. De hecho, cuando se manejan estratégicamente, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento. Las organizaciones que las gestionan bien:

  • Capturan el conocimiento institucional antes de que salga por la puerta.
  • Fortalecen la continuidad y la cultura durante el cambio.
  • Preparan a los nuevos líderes con contexto, asesoría y confianza.
  • Posicionan a los líderes salientes como embajadores y mentores

Como dijo John Morgan, President of Career Transition, Career Mobility and Leadership Development & Coaching de LHH: «No se trata simplemente de reemplazar a alguien, sino de transferir el criterio, mantener el contexto estratégico y garantizar una continuidad de liderazgo sólida y confiable«.

Boletín de Recolocados septiembre 2025

22 Sep 2025

Felicitamos a quienes han finalizado su proceso de recolocación junto a LHH. A través de su compromiso y perseverancia, hoy se integran a nuevas oportunidades laborales, marcando el inicio de una nueva etapa profesional.

¡Bienvenidos a nuestra red Alumni y muchas felicitaciones por este logro!

Lo Indispensable de la Reinvención: Cómo la IA está remodelando los empleos, las carreras y las estrategias de talento

20 Aug 2025

Estamos en una etapa de transformación profesional donde la IA impulsa cambios más rápidos de lo que muchas personas pueden asimilar. Aunque pocos atribuyen directamente sus desvinculaciones a la IA, casi la mitad de los líderes empresariales ya han reducido personal por su impacto, evidenciando que las organizaciones evolucionan más rápido que la capacidad de adaptación individual.

Las personas desplazadas enfrentan más dificultades para reemplearse y, en su mayoría, deben aprender nuevas habilidades por cuenta propia. Sin embargo, lejos de resignarse, muchos profesionales están iniciando carreras completamente nuevas, reflejando que la reinvención dejó de ser una excepción para convertirse en la norma.

Esto plantea un desafío para las empresas: no basta con reestructurar, es necesario acompañar a las personas con propósito, combinando coaching, modelos de talento basados en habilidades y herramientas que les permitan explorar nuevos caminos. La oportunidad no está solo en gestionar la disrupción, sino en preparar a las personas para lo que viene, integrando la visión humana con la inteligencia artificial y la recapacitación estratégica para impulsar el crecimiento conjunto.