LHH Chile

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Por qué es hora de medir el capital humano como un activo y no como un costo

10 Feb 2020

Dan Lett, Transformation Insights, LHH

Después de trabajar con empresas de todos los tamaños en más de 20 países en cuatro continentes, Ian Williamson ha llegado a una conclusión importante: el mundo está a punto de dar un salto cuántico en la forma de ver el capital humano.

El decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Victoria, Nueva Zelanda, les señaló a los principales líderes empresariales que asistieron al Foro Mundial de Negocios en Nueva York (2019), que el salto cuántico involucrará a las compañías que vean el capital humano más como un activo que como un gasto.

Es un concepto bastante simple, señaló Williamson, pero requerirá de un cambio importante en la forma en que invertimos y valoramos a los empleados.

“Estamos lidiando con un cambio fundamental en la base de nuestra economía, que ha delineado la forma en que las organizaciones crean valor. Esto, a su vez, determina la manera en que se valora a las personas dentro de la organización”, comentó Williamson en una entrevista antes de su discurso de apertura en el foro.

En su mayor parte, las empresas han sido condicionadas para ver la mano de obra como un gasto y los activos como inversiones. Este concepto surge de una época en que las compañías hicieron la mayor parte de sus inversiones en los activos físicos necesarios para producir un bien o un servicio. La mano de obra, en su mayoría no calificada y fácilmente disponible, era parte de la sobrecarga de producir un bien o un servicio, separado y aparte de los activos.

Esa opinión tradicional, según Williamson, ha sido completamente interrumpida. Ahora, las actividades de mayor habilidad como la fabricación de alta tecnología, el diseño de un software, la biotecnología, la atención médica y la información y las comunicaciones, requieren mayores niveles de educación y capacitación. Se están eliminando gradualmente muchos procesos humanos de baja habilidad, mientras se crean más empleos para personas con habilidades especializadas que innovan y tienen la capacidad de aprender y adaptarse continuamente.

Sin embargo, la contabilidad empresarial no permite que una empresa registre el reclutamiento o la contratación de talentos como una inversión. Esas actividades deben registrarse como un gasto.

«Sabemos que las personas no son realmente un gasto», reflexionó Williamson, quien a continuación aclaró: “la definición técnica de un activo es algo adquirido hoy que tiene el potencial de generar un beneficio en el futuro. Eso se parece mucho al capital humano, pero no es así como lo registramos en nuestras finanzas. Ese es el salto cuántico en mi mente «.

Aunque es poco probable que los principios de la contabilidad empresarial cambien, ya que las compañías reservan los costos asociados con el capital humano, es posible cambiar la forma en que se ven los costos laborales internamente, concluyó Williamson.

Según el académico, las compañías más exitosas comenzarán a ver el capital humano como un recurso renovable, en lugar de algo que puede descartarse y reemplazarse por capricho. Como un activo, la mano de obra es algo que debe gestionarse para ser sostenible y proporcionar el mayor valor posible.

Transiciones de Liderazgo: Los seis errores que ninguna organización debería permitir

09 Oct 2025

Las transiciones de liderazgo representan uno de los momentos más críticos en el ciclo de vida de una organización. Cuando se gestionan de manera adecuada, aseguran estabilidad, fortalecen la confianza y generan impulso hacia el futuro. Pero una gestión inadecuada puede dejar profundas cicatrices en el desempeño, la cultura y la reputación organizacional.

Sin embargo, a pesar de lo que está en juego, solo el 21% de las organizaciones tienen un plan de sucesión formal. Eso significa que casi el 80% de las empresas se acercan a las transiciones de liderazgo de manera reactiva, esperando lo mejor en lugar de prepararse para lo inevitable.

La marea creciente de transiciones

El desafío solo está creciendo. Con 10,000 Baby Boomers que se retiran todos los días, el volumen de transiciones de liderazgo se está acelerando. Al mismo tiempo, las organizaciones están navegando por turbulencias en la cima:

  • El 33% de los líderes nuevos en el rol carecen de confianza en su capacidad para tener éxito.
  • El 43% de los ejecutivos experimentó la rotación de más de la mitad de su equipo de liderazgo en el último año.
  • El 56% de los líderes reportan burnout, especialmente entre la Generación X y los Millennials.
  • El 31% de los líderes sénior no confían en que su equipo de liderazgo se desempeñe en los primeros 12 meses

En este contexto, es fundamental evitar errores en las transiciones de liderazgo.

Seis errores comunes (y cómo evitarlos)

#1: Subestimar el impacto en los compañeros

Cuando un líder senior se va, no se puede subestimar el efecto dominó en sus compañeros. Estos ejecutivos han generado confianza, colaboración y, a veces, incluso lealtad personal a lo largo de los años. Una salida desorganizada o polémica, especialmente si el líder se siente expulsado o tratado injustamente, puede generar miedo y resentimiento en todo el equipo de liderazgo.

Solución: Las organizaciones deben reconocer que las transiciones de liderazgo no se tratan solo de la partida individual, sino también de la estabilidad de los que se quedan. La comunicación transparente, la desvinculación digna y el trato justo preservan la confianza de los compañeros y minimizan el riesgo de salidas en cascada.

#2: Pasar por alto los riesgos comerciales

Las salidas de liderazgo son eventos públicos. Las partes interesadas (colaboradores, clientes, inversores e incluso los medios de comunicación) examinan cómo se gestionan. Una transición confusa puede dañar la reputación de la marca, debilitar las fuentes de talento y alterar la moral del equipo.

Solución: Tratar las transiciones de liderazgo como riesgos empresariales. Comunique primero los cambios de liderazgo internamente, si es posible, teniendo en cuenta la sensibilidad del mercado. Desarrolle planes de comunicación claros para tranquilizar a las partes interesadas, proteger la marca del empleador y estabilizar las operaciones. Al gestionar de manera proactiva las narrativas internas y externas, las organizaciones pueden convertir una crisis potencial en una demostración de fortaleza.

#3: No establecer un equipo de transición

Con demasiada frecuencia, las transiciones de liderazgo se dejan en manos de RRHH o de la junta directiva sin una estructura clara. Pero estos eventos son demasiado importantes para manejarlos ad hoc. Sin un equipo dedicado y una agenda, la ambigüedad y la confusión se apoderan de él, alimentando el estrés y ralentizando el impulso.

Solución: Establecer un equipo de transición multifuncional responsable de garantizar una transición ordenada. Esto debe incluir la planificación de la sucesión, la transferencia de conocimientos, las comunicaciones y la incorporación. La contratación de asesores externos puede proporcionar objetividad y ayudar a aliviar las tensiones en ambos lados de la transición.

#4: Ofrecer servicios de recolocación estándar

Los ejecutivos no son como otros colaboradores cuando se trata de transiciones profesionales. Sus opciones son más amplias (junta directiva, capital de riesgo, espíritu empresarial, carreras de portafolio) y hay más en juego. Los programas de recolocación estándar simplemente no abordan esta complejidad.

Solución: Proporcionar a los líderes sénior un apoyo de transición personalizado adaptado a su experiencia, redes y objetivos. Hacerlo no solo honra sus contribuciones, sino que también los posiciona como posibles embajadores de la marca y aliados a largo plazo.

#5: No mantener discusiones de sucesión

La planificación de la sucesión a menudo se siente tabú. Los ejecutivos pueden interpretarlo como una falta de confianza en su desempeño o resistirse a la conversación por completo. Pero evitar el problema deja a las organizaciones expuestas y sin preparación.

Esta reticencia es especialmente problemática dado que el 56% de los líderes, particularmente la Generación X y los Millennials, informan burnout. Sin una planificación proactiva, las salidas repentinas debido al estrés o la falta de compromiso pueden sorprender a la organización.

Solución: Normalizar las discusiones de sucesión como parte del desarrollo del liderazgo, no como una conversación al final de la carrera. Proporcionar a los líderes sénior recursos de asesoría y planificación de carrera que hagan que estas discusiones sean constructivas en lugar de amenazantes.

#6: Perder el valor de la influencia

Los líderes salientes tienen una inmensa influencia, no solo internamente, sino también externamente con clientes, analistas, proveedores y medios de comunicación. Un mal manejo de su salida corre el riesgo de perder esta buena voluntad.

De hecho, muchos líderes no se «retiran» realmente. Nuestra investigación muestra que el 56% de los ejecutivos de la generación baby boomers planean iniciar un negocio o asumir un nuevo rol fuera de su empresa dentro de tres años. Sin una transición positiva, las organizaciones corren el riesgo de convertir a los ex ejecutivos en competidores en lugar de defensores.

Solución: Replantear las salidas como oportunidades para extender las relaciones. Involucrar a los líderes salientes como asesores, mentores o embajadores, asegurando que su influencia externa continúe fortaleciendo la marca.

Convertir el riesgo en impulso

Las transiciones de liderazgo no tienen por qué ser momentos de disrupción. De hecho, cuando se manejan estratégicamente, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento. Las organizaciones que las gestionan bien:

  • Capturan el conocimiento institucional antes de que salga por la puerta.
  • Fortalecen la continuidad y la cultura durante el cambio.
  • Preparan a los nuevos líderes con contexto, asesoría y confianza.
  • Posicionan a los líderes salientes como embajadores y mentores

Como dijo John Morgan, President of Career Transition, Career Mobility and Leadership Development & Coaching de LHH: «No se trata simplemente de reemplazar a alguien, sino de transferir el criterio, mantener el contexto estratégico y garantizar una continuidad de liderazgo sólida y confiable«.

5 pasos para impulsar tu carrera a través del Networking

29 Oct 2025

Existe una vieja expresión en el ámbito laboral y de la contratación que dice: «No es lo que sabes, sino a quién conoces». Las redes sociales han transformado la manera de construir una red profesional. Nuestras redes ahora son más extensas y abarcan un mayor alcance, permitiéndonos conectar virtualmente con personas a las que quizás aún no conocemos en persona, pero con quienes potencialmente tenemos la oportunidad de intercambiar valor profesional.

Este cambio ha demostrado ser muy beneficioso para quienes buscan empleo. Como cualquier responsable de contratación o solicitante de empleo puede confirmar, establecer contactos y obtener información de las personas que conocen o pueden estar conectadas con un posible empleador permite obtener una visión más profunda del mercado y tus intereses. Conocer al empleador antes de contactarlo directamente proporciona una enorme ventaja sobre otros candidatos al empleo.

Comúnmente se entiende que las referencias/recomendaciones y el boca a boca son factores fundamentales para conseguir un nuevo puesto de trabajo, pero no basta con intercambiar tarjetas de presentación o conectar en LinkedIn. Para maximizar el valor de tus contactos, es esencial que desarrolles, cultives y mantengas relaciones sólidas con profesionales de tu industria y función.

Existen diversas estrategias y herramientas para encontrar y fortalecer conexiones de manera virtual. A continuación, te presentamos 5 pasos para potenciar tu perfil y expandir tu red profesional.

1. Escuchar lo que dice la red. Las plataformas sociales que utilices están llenas de información valiosa proveniente de tu red. A través de ellas puedes conocer los temas más relevantes que se están discutiendo y mantenerte al día con las tendencias clave del mercado laboral. Para generar confianza y fomentar la colaboración, participa activamente: comenta publicaciones, reacciona, comparte contenido y responde a los comentarios.

2. Compartir conocimientos y ofrecer valor. Una vez que hayas dado el primer paso para darte a conocer, es importante mantener el vínculo con tus contactos. Una de las mejores formas de hacerlo es compartiendo contenido relevante. Comparte información sobre tu forma de trabajar, tus reflexiones sobre la industria o el valor de tus habilidades. Esto te permitirá generar una impresión positiva y conectar con las personas adecuadas.

3. Ser un punto de conexión para crear otras conexiones. Si facilitas presentaciones entre contactos en común, te posicionarás de inmediato como un conector valioso y una persona que aporta a los demás. Es probable que conozcas personas que puedan beneficiarse mutuamente de establecer relación. Además, una buena presentación puede motivar a quien la recibe a adoptar la misma actitud y convertir esta práctica en un hábito.

4. Recordar los modales. Reconoce y valora las acciones de quienes te brinden información o consejos útiles. Agradece a las personas que te recomienden en LinkedIn u otras plataformas. Si alguien te ofreció orientación o te presentó a un contacto que derivó en una conversación productiva, una entrevista o una oportunidad laboral, continúa cultivando esa relación. Mantén a esa persona informada sobre tus avances y demuéstrale tu gratitud.

5. Ser parte de una comunidad. Reconoce que las personas de tu sector, cargo o área de especialización suelen estar atravesando desafíos similares y aprendiendo lecciones valiosas, al igual que tú. Conectar y formar comunidad con ellas, ya sea de manera informal o mediante grupos privados en plataformas como WhatsApp, Slack, X (Twitter), LinkedIn o Facebook, puede resultarte altamente beneficioso.

Ten en cuenta estos pasos y verás cómo tu red de contactos se fortalece más que nunca. Cultivar estas conexiones y mantenerte activo requiere un esfuerzo constante; sin embargo, al momento de dar tu próximo paso profesional, hacerlo bien puede generar un retorno enormemente valioso.

Transiciones de Liderazgo: Los seis errores que ninguna organización debería permitir

09 Oct 2025

Las transiciones de liderazgo representan uno de los momentos más críticos en el ciclo de vida de una organización. Cuando se gestionan de manera adecuada, aseguran estabilidad, fortalecen la confianza y generan impulso hacia el futuro. Pero una gestión inadecuada puede dejar profundas cicatrices en el desempeño, la cultura y la reputación organizacional.

Sin embargo, a pesar de lo que está en juego, solo el 21% de las organizaciones tienen un plan de sucesión formal. Eso significa que casi el 80% de las empresas se acercan a las transiciones de liderazgo de manera reactiva, esperando lo mejor en lugar de prepararse para lo inevitable.

La marea creciente de transiciones

El desafío solo está creciendo. Con 10,000 Baby Boomers que se retiran todos los días, el volumen de transiciones de liderazgo se está acelerando. Al mismo tiempo, las organizaciones están navegando por turbulencias en la cima:

  • El 33% de los líderes nuevos en el rol carecen de confianza en su capacidad para tener éxito.
  • El 43% de los ejecutivos experimentó la rotación de más de la mitad de su equipo de liderazgo en el último año.
  • El 56% de los líderes reportan burnout, especialmente entre la Generación X y los Millennials.
  • El 31% de los líderes sénior no confían en que su equipo de liderazgo se desempeñe en los primeros 12 meses

En este contexto, es fundamental evitar errores en las transiciones de liderazgo.

Seis errores comunes (y cómo evitarlos)

#1: Subestimar el impacto en los compañeros

Cuando un líder senior se va, no se puede subestimar el efecto dominó en sus compañeros. Estos ejecutivos han generado confianza, colaboración y, a veces, incluso lealtad personal a lo largo de los años. Una salida desorganizada o polémica, especialmente si el líder se siente expulsado o tratado injustamente, puede generar miedo y resentimiento en todo el equipo de liderazgo.

Solución: Las organizaciones deben reconocer que las transiciones de liderazgo no se tratan solo de la partida individual, sino también de la estabilidad de los que se quedan. La comunicación transparente, la desvinculación digna y el trato justo preservan la confianza de los compañeros y minimizan el riesgo de salidas en cascada.

#2: Pasar por alto los riesgos comerciales

Las salidas de liderazgo son eventos públicos. Las partes interesadas (colaboradores, clientes, inversores e incluso los medios de comunicación) examinan cómo se gestionan. Una transición confusa puede dañar la reputación de la marca, debilitar las fuentes de talento y alterar la moral del equipo.

Solución: Tratar las transiciones de liderazgo como riesgos empresariales. Comunique primero los cambios de liderazgo internamente, si es posible, teniendo en cuenta la sensibilidad del mercado. Desarrolle planes de comunicación claros para tranquilizar a las partes interesadas, proteger la marca del empleador y estabilizar las operaciones. Al gestionar de manera proactiva las narrativas internas y externas, las organizaciones pueden convertir una crisis potencial en una demostración de fortaleza.

#3: No establecer un equipo de transición

Con demasiada frecuencia, las transiciones de liderazgo se dejan en manos de RRHH o de la junta directiva sin una estructura clara. Pero estos eventos son demasiado importantes para manejarlos ad hoc. Sin un equipo dedicado y una agenda, la ambigüedad y la confusión se apoderan de él, alimentando el estrés y ralentizando el impulso.

Solución: Establecer un equipo de transición multifuncional responsable de garantizar una transición ordenada. Esto debe incluir la planificación de la sucesión, la transferencia de conocimientos, las comunicaciones y la incorporación. La contratación de asesores externos puede proporcionar objetividad y ayudar a aliviar las tensiones en ambos lados de la transición.

#4: Ofrecer servicios de recolocación estándar

Los ejecutivos no son como otros colaboradores cuando se trata de transiciones profesionales. Sus opciones son más amplias (junta directiva, capital de riesgo, espíritu empresarial, carreras de portafolio) y hay más en juego. Los programas de recolocación estándar simplemente no abordan esta complejidad.

Solución: Proporcionar a los líderes sénior un apoyo de transición personalizado adaptado a su experiencia, redes y objetivos. Hacerlo no solo honra sus contribuciones, sino que también los posiciona como posibles embajadores de la marca y aliados a largo plazo.

#5: No mantener discusiones de sucesión

La planificación de la sucesión a menudo se siente tabú. Los ejecutivos pueden interpretarlo como una falta de confianza en su desempeño o resistirse a la conversación por completo. Pero evitar el problema deja a las organizaciones expuestas y sin preparación.

Esta reticencia es especialmente problemática dado que el 56% de los líderes, particularmente la Generación X y los Millennials, informan burnout. Sin una planificación proactiva, las salidas repentinas debido al estrés o la falta de compromiso pueden sorprender a la organización.

Solución: Normalizar las discusiones de sucesión como parte del desarrollo del liderazgo, no como una conversación al final de la carrera. Proporcionar a los líderes sénior recursos de asesoría y planificación de carrera que hagan que estas discusiones sean constructivas en lugar de amenazantes.

#6: Perder el valor de la influencia

Los líderes salientes tienen una inmensa influencia, no solo internamente, sino también externamente con clientes, analistas, proveedores y medios de comunicación. Un mal manejo de su salida corre el riesgo de perder esta buena voluntad.

De hecho, muchos líderes no se «retiran» realmente. Nuestra investigación muestra que el 56% de los ejecutivos de la generación baby boomers planean iniciar un negocio o asumir un nuevo rol fuera de su empresa dentro de tres años. Sin una transición positiva, las organizaciones corren el riesgo de convertir a los ex ejecutivos en competidores en lugar de defensores.

Solución: Replantear las salidas como oportunidades para extender las relaciones. Involucrar a los líderes salientes como asesores, mentores o embajadores, asegurando que su influencia externa continúe fortaleciendo la marca.

Convertir el riesgo en impulso

Las transiciones de liderazgo no tienen por qué ser momentos de disrupción. De hecho, cuando se manejan estratégicamente, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento. Las organizaciones que las gestionan bien:

  • Capturan el conocimiento institucional antes de que salga por la puerta.
  • Fortalecen la continuidad y la cultura durante el cambio.
  • Preparan a los nuevos líderes con contexto, asesoría y confianza.
  • Posicionan a los líderes salientes como embajadores y mentores

Como dijo John Morgan, President of Career Transition, Career Mobility and Leadership Development & Coaching de LHH: «No se trata simplemente de reemplazar a alguien, sino de transferir el criterio, mantener el contexto estratégico y garantizar una continuidad de liderazgo sólida y confiable«.

Boletín de Recolocados septiembre 2025

22 Sep 2025

Felicitamos a quienes han finalizado su proceso de recolocación junto a LHH. A través de su compromiso y perseverancia, hoy se integran a nuevas oportunidades laborales, marcando el inicio de una nueva etapa profesional.

¡Bienvenidos a nuestra red Alumni y muchas felicitaciones por este logro!